Muchas veces creemos
que Dios no nos escucha, porque no contesta tal como nosotros creemos que
debería ser, pero…….
Esta es la historia de
un médico que trabajó en África.
Una noche trabajé duro
con una madre en su parto, pero a pesar de todo lo que pudimos hacer, ella
falleció dejándonos un pequeño y prematuro bebé y una niña de dos años que
lloraba desconsoladamente. Tuvimos grandes problemas para mantener vivo al
bebé, no teníamos incubadora ni electricidad para hacer funcionar una.
Tampoco teníamos alimento especial para estos casos.
Aunque estábamos sobre la línea del Ecuador, las noches a menudo eran frías con
peligrosos vientos.